El Astronauta

Habíamos ajustado herméticamente los trajes y claro, parecía que eran cómodos y livianos pero en realidad era una monserga usarlos. Sin embargo eran indispensables para la misión, mis compañeros y yo estábamos aterrados, y no podíamos demostrarlo, éramos los primeros en viajar al espacio, no había margen de error, el mínimo podía costarnos la vida. Mientras ascendíamos por el elevador mi mente se llenaba de ideas paranoicas, ¿Me volvería loco al salir de la atmosfera? ¿Me moriría? ¿Encontraría alienígenas?¿Serian hostiles? ¿Vería a Dios?, el elevador se detuvo y se abrieron las puertas. Ante nosotros un corredor que daba a la puerta de la nave, nadie se atrevía a dar el primer paso, solo nos mirábamos las caras unos a otros, yo soy el capitán, ya no había marcha atrás solo seguir avanzando con el equipaje en mano yo di el paso solo Dios sabe que pasara...

Comentarios