A Trabajar

Ya es hora de trabajar, cayó la noche. Pongo maquillaje en mi rostro, elijo un vestido de escote pronunciado, la tanga más diminuta que encuentro y los tacones de plataforma. Me acomodo el pecho con las manos para alzarlo, enciendo mi cigarrillo. Esta vida nos obliga a tomar vicios. Una vez terminada la nicotina salgo a la calle. La ciudad abunda de hombres que no pueden saciar su sed de Lujuria, lo cual para mis colegas y para mi es un negocio redondo. No todo es bueno. Se aparecen desde gente de dinero, hasta seres que por sus perversiones apenas y se les puede llamar hombres. Algunos padres llevan a sus hijos adolecentes a “entrenarse” con nosotras.Me ubico cerca de un motel, los autos se acercan doy precios, atiendo a los clientes, de pronto un tipo fuera de lo común se acerca, me dice que quiere escribir un libro sobre mi vida, ¿este tipo va en serio? ¿Qué le puede interesar de una prostituta como yo?, a pesar de que le doy una negativa tras otra no parece importarle. Dice que será un éxito, me promete dinero y sacarme de trabajar gracias a la ganancia de su libro. Me tienta su idea. Poder salir de día y que no me vean como un objeto, no vestirme provocativamente, no usar mi cuerpo como herramienta, se acabarían los pervertidos, podría dejar de fumar, acepto ilusionada.En unos cuantos meses el libro se publica, es un éxito en ventas, ahora doy entrevistas, me piden que me vista sensual, que de detalles grotescos de los clientes, la mayoría de las entrevistas son de noche. Los dueños de las televisoras me quieren contratar de actriz, parece que ahora no prostituyo mi cuerpo, ¿pero y mi dignidad?...

Inspirado de: La Sra. Rius de moral distraída de Julian peiró

Comentarios