El Aleph de Jorge Luis Borges

Tan abominadas del hombre son la novedad y el desierto que me alegre de ue uno de los trogloditas me hubiera acompañado hasta el fin.

Así fueron muniendo los días los años, pero algo parecido a la felicidad ocurrió una mañana.

Jesus es la vía recta que nos salva del laberinto circular en que andan los impíos.

En vano me repetí que un hombre acosado por un acto de cobardía es mas complejo y mas interesante que un hombre meramente animoso.

Somos las sombras de un sueño.

Aunque Él me quitare la vida, en el confiare. Job 13:15

Yo, quizá, nunca fui plenamente feliz, pero es sabido que la desventura requiere paraísos perdidos.

Fue un vagabundo que, antes de ser nadie en la muerte, recordaría haber sido un rey o haber fingido ser un rey, algún día.

La verdad no penetra en un entendimiento rebelde.

Mis ojos habían visto ese objeto secreto conventual, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.

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