El Arte de Insultar de Arthur Schopenhauer

A veces me sorprendo a mí mismo hablando con los hombres como un niño con su muñeco: el niño sabe que el muñeco no lo comprende, pero a través de un consciente y agradable autoengaño obtiene la alegría de comunicarse con alguien.

Exigir que un individuo recuerde todo lo que ha leído es como pedir que todavía lleve dentro de sí todo lo que ha comido.

Cuanto mas noble y perfecta es una cosa, tanto mas tarde y despacio llega a su madurez.

citas del libro: El Arte de Insultar de Arthur Schopenhauer

Comentarios