La vida Inutíl de Pito Pérez de Jose Rubén Romero

No tengo fijo lugar donde morir y nacer y ando siempre sin saber dónde tengo que parar. Calderon de la Barca.

Quien al diablo ya lo vio sin calzones y todavía vivió para compadecerlo.

Yo soy amigo de la verdad, y si me embriago es nada más que para sentirme con ánimos de decirla.

Locos los que se arrodillan delante de un ente igual a ellos, que masculla latín y viste sotanas.

Así aprendi que los hábitos sirven para ocultar muchas cosas que a la luz del día son inmorales.

Lo que la vida obsequia con una mano, lo quita con la otra.

Haciendo un juego de palabras, de las cúpulas pasamos a las cópulas.

El amor es la incubadora de todas mis amarguras; el espejo de todos mis desengaños

Pero los presos reían de mi angustia y me daban la espalda con la misma indiferencia con que la humanidad ve morir a Jesús, pendiente del madero.

¿No somos nosotros esqueletos más repugnantes, forrados de carne podrida?

Para los ricos sedientos de oro, dejo la mierda de mi vida.

¡Humanidad, te conozco; he sido una de tus víctimas!

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