Crónica de una mandarina



Estaba descansando con mis amigas. Cuando de pronto llegó. Decían que era un cliente con gustos muy particulares, así que me puse nerviosa, no sabia como reaccionar. Comenzó a palpar a una de mis amigas, apretaba suavemente para ver si eramos de su gusto, cuando tomaba alguna que le gustaba las separaba del resto mientras su ansia continuaba inspeccionando a las demás, de repente me tomo a mi, me recorrió con sus manos por todo mi cuerpo y me acerco a su rostro y me olfateo, escuche un suspiro de satisfacción y me separo con las demás elegidas, me encerró dentro de una cárcel transparente junto con las demás. Lo que se podía ver a través de aquella capa grisácea era que el hablaba en un idioma extraño y se intercambiaron unos papeles.

Cuando llegamos a la casa, nos tomo de una en una y nos coloco en orden similar a una pirámide, a mi me toco en la punta. Cuando me agarro comenzó como un jugueteo, pero poco a poco comenzó a ser mas brusco, sentía como sus firmes manos tomaban mi piel y la arrancaban sin remordimiento, sentía un dolor agónico, pero por mas que quería, no podía gritar cuando finalmente termino con mi piel me partió por la mitad, con ambas manos mordisqueaba partes de mi cuerpo mientras succionaba mis entrañas y escupía los huesos, finalmente termino conmigo. Solo unos pequeños trozos regados por la mesa fueron testigos que aquella bestia dijo con una hambre voraz - solo una mas…

Comentarios